En las últimas semanas ha sido muy sonado el caso de Rachel Levine, primera mujer trans que fue nombrada funcionaria federal en Estados Unidos.
Y es que en los dos artículos hablan del mismo tema, pero está claro que no de la misma forma.
¿Veis las diferencias?
Ahí está la gran diferencia en valorar a donde ha llegado Rachel o desprestigiar lo que ha conseguido. Se resalta porque vivimos en una sociedad transfobica y es muy difícil que mujeres trans tengan salidas laborales y muchísimo más difícil que lleguen a ser parte de la política.
No llegó ahí por ser trans, llegó porque habrá trabajado mucho para estar en ese lugar.
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